El poder del jabón en nuestra manos está

En los últimos meses, el jabón se ha convertido en el arma más poderosa para frenar el avance del COVID-19 a nuestras vidas y a la de nuestra familia. La práctica de lavado de manos más que una costumbre mecánica, ha pasado a ser una costumbre dedicada y prioritaria para cuidar nuestra salud y la de quienes más queremos.

El ser humano conoce el uso del jabón desde hace más de 3000 a. C., una mezcla de alguna grasa, agua y sal básica que daba como resultado una tablilla con propiedades medicinales, que sin importar el transcurso del tiempo, perdura su mismo objetivo: limpiar impurezas y eliminar microorganismos y virus para proteger la salud de las personas.

¿Dónde radica la efectividad del jabón?

El jabón está compuesto por moléculas, las cuales tienen dos partes: cabeza y cola. La primera es hidrófila, es decir, se siente atraída por el agua, mientras que la segunda es lipófila, se siente atraída por la grasa.

Estas diferencias hacen un buen equipo al momento de lavarnos las manos, ya que al encontrarse con grasa, la cola se “pega” a ésta, mientras que la cabeza se queda en el agua y la arrastra. Es como el juego de la soga, cada extremo jala lo más que puede, pero donde nosotros salimos siempre ganando.

El poder del jabón para destruir al COVID-19

Las manos son el puente ideal para que el virus llegue desde alguna superficie hasta nuestro cuerpo. Sin darnos cuenta podemos tocar nuestro rostro y darle luz verde al virus para que ingrese por nuestra boca, nariz u ojos. Para interceptarlo, solo necesitamos lavarnos las manos con jabón y abundante agua durante 20 segundos.

Pero no es una cuestión de magia, es el poder del jabón que logra inhabilitar al virus, ya que este tiene una membrana lipídica que lo protege y las moléculas del jabón con la ayuda del agua tienen la habilidad de disolver esta grasa, dejando expuesto el material genético que se encontraba en su interior sin posibilidad alguna de activarse.

Es importante recordar que el jabón requiere de estos elementos para cumplir su misión: utilizar abundante agua, ya que se llevará los restos de los virus o microorganismos; enjabonar durante 20 segundos, lo justo para llevar el jabón a todas las partes de nuestras manos; y  secar las manos con papel toalla, que además de reducir la humedad reduce la carga microbiana debido a la fricción.

¡En nuestras manos está proteger nuestra salud y la de nuestra familia!

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